¿Tus encías sangran al cepillarte? No lo ignores, podría ser el inicio de una periodontitis
Levantarte, ir al baño y empezar tu rutina de higiene. Te cepillas los dientes y, al enjuagarte, ves un rastro rosado o rojo en el lavabo. ¿Te suena familiar? Para muchas personas, el sangrado de encías se ha convertido en algo tan «normal» que simplemente lo ignoran. «Será que me he cepillado muy fuerte», se suelen decir.
Pero, ¿y si te dijéramos que unas encías sanas nunca deberían sangrar?
Ese pequeño rastro de sangre es la primera llamada de atención de tu cuerpo, una señal de alarma que te avisa de que algo no va bien en la base de tu sonrisa. Ignorarlo es como quitar la pila al detector de humos porque el pitido te molesta. Puede que soluciones el ruido momentáneamente, pero el peligro sigue ahí, creciendo en silencio.
En Sanident, tu clínica dental en Burgos, vemos a diario cómo este síntoma, aparentemente inofensivo, es el punto de partida de problemas mucho más serios, como la gingivitis y su temida evolución: la periodontitis. Sigue leyendo para descubrir por qué sangran tus encías y qué puedes hacer hoy mismo para proteger tu sonrisa.
El culpable silencioso: la placa bacteriana y la inflamación
Imagina que no limpias el polvo de un mueble durante semanas. Primero se forma una capa fina, casi invisible. Con el tiempo, esa capa se hace más gruesa, más visible y más difícil de quitar. Algo muy similar ocurre en tu boca con la placa bacteriana.
La placa es una película pegajosa y llena de bacterias que se forma constantemente sobre tus dientes. Si no la eliminas cada día con un cepillado correcto y el uso de hilo dental, las bacterias que contiene empiezan a irritar tus encías.
¿Cuál es la reacción natural de tu cuerpo ante una agresión o irritación? La inflamación.
Las encías se inflaman, se vuelven más sensibles, se enrojecen y, lo más importante, se vuelven mucho más propensas a sangrar al más mínimo contacto. Este primer estadio de la enfermedad se llama gingivitis.
Gingivitis: la buena noticia es que es reversible
Si te han diagnosticado gingivitis, respira tranquilo. Estás en la fase inicial y el daño es completamente reversible. En esta etapa, la infección solo afecta a la encía y todavía no ha dañado el hueso que sujeta tus dientes.
Los síntomas de la gingivitis son claros:
- Sangrado al cepillarse o usar hilo dental.
- Encías de un color rojo más intenso de lo normal.
- Ligera hinchazón o inflamación gingival.
- A veces, mal aliento.
El tratamiento para la gingivitis suele ser sencillo: una limpieza dental profesional en la clínica para eliminar el sarro (placa endurecida) que no puedes quitar en casa, y una mejora sustancial de tus hábitos de higiene oral. En Sanident Burgos, no solo realizamos la limpieza, sino que te enseñamos las técnicas de cepillado y uso de hilo dental más efectivas para que puedas mantener a raya la placa bacteriana.
El peligro de no actuar: cuando la gingivitis se convierte en periodontitis
Aquí es donde ignorar el sangrado se convierte en un grave error. Si la gingivitis no se trata, la inflamación y la infección no desaparecen por sí solas; al contrario, avanzan y se profundizan.
La infección pasa de la encía a los tejidos que soportan el diente: el ligamento periodontal y el hueso alveolar. Esto es la periodontitis, conocida popularmente como «piorrea».
En esta fase, la encía empieza a separarse del diente, creando unas «bolsas periodontales». Estas bolsas son el escondite perfecto para que se acumule más placa y sarro, haciendo que la infección avance hacia la raíz del diente. El cuerpo, en su intento de combatir la infección, produce una respuesta inflamatoria que, paradójicamente, acaba destruyendo el propio hueso que sujeta los dientes.
Si la periodontitis no se detiene, las consecuencias son devastadoras:
- Los dientes empiezan a moverse.
- Las encías se retraen, haciendo que los dientes parezcan más largos.
- Aparece dolor al masticar y una mayor sensibilidad.
- Finalmente, los dientes se caen o tienen que ser extraídos.
Por eso, si buscas una solución experta para la periodoncia en Burgos, es fundamental que acudas a un especialista ante las primeras señales.
¿Qué puedes hacer hoy mismo si te sangran las encías?
Si has detectado este problema, no te alarmes, pero sí actúa. Estos son los pasos que te recomendamos desde Sanident:
- Evalúa tu higiene oral: ¿Te cepillas los dientes al menos dos veces al día durante dos minutos? ¿Usas hilo dental o cepillos interdentales a diario? Un cepillado suave, pero meticuloso es clave. Usar demasiada fuerza puede dañar las encías, pero una limpieza insuficiente dejará placa.
- Utiliza las herramientas adecuadas: Un cepillo de cerdas suaves y una pasta dentífrica con flúor son tus mejores aliados. Considera el uso de un colutorio antiséptico de forma puntual si tu dentista te lo recomienda.
- Vigila otros factores: El tabaco es uno de los mayores enemigos de las encías, ya que enmascara el sangrado y acelera la enfermedad. El estrés y ciertas condiciones como la diabetes también aumentan el riesgo.
- Pide una cita profesional (el paso más importante): La única forma de saber con certeza en qué fase se encuentra el problema y cuál es el tratamiento adecuado es mediante una revisión profesional. Un autodiagnóstico nunca es suficiente.
En Sanident Burgos cuidamos la base de tu sonrisa
El sangrado de encías es mucho más que una simple molestia. Es el primer aviso de un problema que, si no se trata, puede costarte tus dientes y afectar a tu salud general.
En nuestra clínica dental en Burgos, nuestro equipo de especialistas en periodoncia está preparado para realizar un diagnóstico preciso y ofrecerte el tratamiento que necesitas. Desde una limpieza profesional para revertir una gingivitis hasta tratamientos más avanzados para controlar la periodontitis y salvar tus dientes.
No dejes que una señal de alarma se convierta en un problema irreversible. Cuida los cimientos de tu sonrisa.
¿Tus encías te están pidiendo ayuda? Contacta con Sanident y pide tu cita para una valoración. Estamos aquí para devolverle la salud a tu boca.